Saint Exupéry y la conquista de los cielos

Antoine Saint Exupéry y su paso por Buenos Aires.



Fueron 15 meses, entre noviembre de 1929 y enero de 1931, los que Antoine Saint Exupéry se alojó en el departamento 605, ubicado en el 6to.piso de la Torre Mitre en la Galería Güemes. Un dos ambientes luninoso y de techos altos; sin lujos pero con una terraza a la que el escritor salía a fumar.

El departamento, vacío y fuera de uso por mucho tiempo, fue restaurado. Los muebles originales ya no están, pero si las instalaciones del baño, incluyendo la legendaria bañera donde vivía la foca bebé. 
En uno de sus viajes, Antoine decidió regresar acompañado e instaló su mascota en la bañera acondicionada con barras de hielo. Solía alimentarla con pescado provocando la queja de los vecinos cansados de los olores.

Focas realizadas en papel recuerdan la anécdota de la particular mascota.

El 7 de julio asistí al acto de inauguración de la muestra que se llevará a cabo hasta el 31 de julio.   Se encontraban presentes Cecilia Osler, directora de la Galería Güemes, el embajador de Francia Jean-Michel Casa y Alain d'Etigny, sobrino nieto del escritor y aviador.

Acto inaugural

La muestra cuenta la historia de Aeroposta Argentina y los días porteños del escritor, a partir de los datos recogidos de las investigaciones realizadas por la historiadora Clara Rivera. Aunque hay apuntes de otros sucesos, la puesta se centra en su tarea en la patagonia argentina.



Antoine Saint Exupery llegó a la Argentina en 1929, para ocupar el cargo de director de tráfico de la Aeroposta Argentina, empresa dedicada al transporte de correo y de pasajeros, filial de la Compagnie General Aeropostale de Francia.



La tarea no fue fácil (aviones frágiles, tecnología incipiente). La misión de inaugurar y prolongar las rutas aéreas constituyó, lo que se podría denominar, como una épica.
Saint Exupery solia decir que su interés por la aviación era tan grande, que tenía la impresión de cumplir un rol social. Rivera comentó que muchos pilotos murieron en esa valiosa y difícil conquista, por ello es justo recordar que sus tareas contribuyeron a poner fin al aislamiento de muchas poblaciones del sur y la apertura de rutas áereas, hasta ese momento desconocidas


Los pilotos argentinos fueron  valorados y recordados por Saint Exupéry, aún mucho tiempo después de abandonar nuestro país.



Si bien su estadía en nuestro país fue corta, marcó su vida en varios aspectos: como piloto consiguió una posición muy importante, como escritor escribió, en el departamento 605 "Vuelo Nocturno" y ganó su primer premio. Aquí, también, conoció a quien sería su esposa, la salvadoreña Consuelo Suncín.



El 31 de julio de 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, despegó para realizar un vuelo de reconocimiento sobre Francia, ocupada por los nazis y desapareció con su avión.
No fue hasta el año 2004 que se encontraron los restos de la nave, frente a la isla de Riou, al sur de Marsella.


Y como no podía ser de otra manera, Antoine Saint Exupéry nos regala la siguiente frase:

"Quizá la grandeza de un oficio consista, más que nada, en unir a los hombres. Sólo existe un lujo verdadero y es el de las relaciones humanas."

















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