MARÍA ELENA WALSH Versos tradicionales para cebollitas Para alegrar la reunión con el permiso de ustedes, les voy a contar el cuento del viejo Tomás Paredes. Hombre rico por demás y de fortuna cerrada: mucho campo, muchas vacas y mucha plata enterrada. Cuando quería comer sus vacas no estaban buenas. Para comer carne gorda volteaba vacas ajenas. Dormía de un solo ojo para soñar más barato y no salía a pasear por no gastar los zapatos. Para lavarse la cara esperaba que lloviera y escribía sus apuntes en unas hojas de higuera. Fumaba piola picada y hacía vino de tomate y en unos botines viejos este hombre tomaba mate. Montaba desde una silla por conservar los estribos y una vez perdió un dinero por no entregar el recibo. Al final en un arroyo, pues no quería dar nada por no dar un grito fuerte lo llevó la correntada.
Roald Dahl , ilustrado por Quentin Blake Se trata de una gran historia de amor maduro. Disparatada, dulce y divertida. Sr. Hoppy Una tierna historia de amor al mejor estilo Dahl. Este genio de la literatura, logra darle una vuelta de tuerca a las edulcoradas historias de amor, en este caso, sin presencia de malvados, con buenos transgresores y final feliz para todos. El Señor Hoppy tiene un amor secreto. A ma desde hace tiempo a su vecina, la Sra. Señora Silver, pero es incapaz de confesarle su amor. El Señor. Hoppy no solo es muy tímido, también es un romántico empedernido capaz de desear convertirse en tortuga con tal de ser acariciado por su vecina. “ Ay, si por lo menos –solía decirse -, si por lo menos pudiera hacer algo estupendo como salvarle la vida o rescatarla de una pandilla de maleantes armados, si por lo menos pudiera realizar alguna hazaña que me convirtiera en héroe a sus ojos, Si por lo menos…”. Es la minúscula mascota quien va a permitir al Se
Luis Maria Pescetti Se trata de un libro albúm con una versión, muy original, del famoso cuento. Encontramos al padre sentado frente a Jorge contándole la historia de Caperucita, la que sabemos todos. La novedad es que el niño de esta historia la sitúa dentro de su mundo conocido. Allí la niña no visita a su abuelita con una canasta llena de comida, sino que le envía un delivery de pizza, el salvador no es un robusto leñador, sino un superhéroe con la cara del papá. El texto es muy sencillo y la originalidad del libro está dada por las imágenes, que nos brindan dos miradas distintas: la versión de quien cuenta, con representaciones en tono color sepia, y la versión de quien escucha, con representaciones en colores vivos. Ninguno de los dos personajes advierte esta diferencia y probablemente cuando Jorge crezca y le cuente a su hijo “ el cuento de caperucita roja ” , seguramente obtendremos una nueva versión de la historia.
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Un beso. Norma